Entendemos por evaluar dar una nota, hacer una prueba, el registro de las notas se denomina evaluación. Al mismo tiempo varios significados son atribuidos al término: análisis de desempeño, valoración de resultados, medida de capacidad, apreciación del “todo” del alumno o alumna.
¿Qué evaluamos?
El alumno no es el único implicado en el acto de evaluar, por ello la respuesta a esta pregunta depende de la función que le atribuimos a la evaluación.
La evaluación del alumno:
Todos los objetivos educativos, pueden, con más o menos facilidad, con más o menos éxito, ser evaluados. El ámbito cognitivo, la adquisición de conocimientos, de habilidades y las aptitudes intelectuales: el saber y el saber hacer. El ámbito afectivo, el desarrollo de actitudes en relación al contenido pedagógico, con relación al grupo: el saber ser, ver, sentir y reaccionar. El ámbito psicomotriz, en el enriquecimiento de las conductas motoras: las habilidades motoras. El ámbito social, en el relacionamiento permanente en todos los niveles: cooperar y competir.
"Esta clasificación analítica, aunque artificial, nos permite ver los efectos del proceso educativo. Por ello el objetivo de la evaluación es hacer aparecer esos efectos, volverlos transparentes, en forma indirecta, por medio de una metodología adecuada".
La evaluación del docente:
En el papel mediador de la acción pedagógica, el docente no es neutro, ya que se compromete por entero en la situación pedagógica, con lo que cree, con lo que dice, con lo que hace, con lo que es. Según el tono que adopta, la mirada que emite, el gesto que realiza, su mensaje adquiere un valor específico, para el conjunto de los alumnos y una resonancia especial para alguno de ellos.
Objetivos de la Evaluaciòn:
Tradicionalmente la evaluación busca cumplir con el objetivo de valorar o medir en alguna forma el grado de dominio que un estudiante tenga sobre un tema especifico, y así determinar su promoción o no al siguiente nivel del proceso. Una adecuada planeación puede ampliar la utilidad de esta y lograr aportes significativos al desempeño del proceso.
¿Para qué Evaluar?
Todo proceso necesita conocer su situación y la medida en que ha alcanzado uno u otro propósito. Esto es posible si se observa éste detalladamente, anotar los cambios que sufre ante cada estímulo, Recopilar información que cada uno de sus componentes aporta; analizar y correlacionar cada uno de los datos con miras a corregir, mejorar o mantener dicho proceso.
¿Cuando evaluar?
La dinámica propia de los procesos conlleva a la continua generación de información proveniente del mismo, cambios en algún componente de éste no detectados o atendidos a tiempo pueden variar substancialmente el desarrollo o el rumbo del
proceso. La evaluación debe realizarse como un seguimiento continuo, debe ser un acompañante permanente del proceso, reuniendo y aportando información sobre cada una de los actores involucrados, y que en el caso de desviaciones de los objetivos permita la atención oportuna.
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